miércoles, 27 de abril de 2011

El Valor de la Tutoria.mov

EL DOCENTE GENERADOR DE NUEVOS CAMBIOS.

LAS TUTORÍAS EN LOS PROCESOS EDUCATIVOS


En el paradigma técnico, basta dominar el conocimiento teórico para acceder de manera automática a la práctica profesional. Por lo tanto se piensa que la tutoría tiene por centro impulsar el éxito escolar y con ello el éxito en la vida.

Pero…el mundo moderno nos demanda ir más allá del ámbito escolar, para desarrollar capacidades en los alumnos para un desempeño profesional creativo e innovador, sustentado en redes de colaboración.

Desde esta perspectiva la tutoría tiene la función principal de ser una estrategia remedial o paliativa que busca apoyar al alumno para que tenga éxito en sus asignaturas y posibilitar su tránsito escolar.


Se requiere… ir más allá!!

La tutoría en educación media debe ir más allá de mitigar la deserción, el rezago educativo y abogar por el éxito en ambientes escolares, para transferir a los alumnos habilidades para resolver problemas, no sólo en el contexto de la escuela, sino también en los ambientes profesionales en los cuales habrán de desempeñarse.

La tutoría debe ir más allá de los ambientes escolares y debe incorporar al estudiante a los ambientes reales y complejos en los cuales se realiza la innovación profesional, abriendo espacios crecientes para la creatividad y la libertad, en los cuales el ser humano no sólo es un instrumento, sino también un creador de sí mismo. Para ello, se debe empoderar al estudiante mediante la transferencia de conocimiento y capacidades y su integración a las comunidades de práctica que realizan una praxis sustentada en la reflexión continua y la innovación.

En este sentido se requiere evolucionar hacia una perspectiva de las potencialidades, dirigida a todos los estudiantes generando una cultura para el fortalecimiento académico de los aprendizajes fundamentales e impulsando la formación profesional a través de la conformación de comunidades de práctica.


LAS TUTORÍAS EN LAS INSTITUCIONES EDUCATI VAS



Los sistemas o programas de educación a distancia siempre contaron, como una de sus fortalezas, con propuestas tutoriales. Las tutorías se organizaron como un dispositivo que permitiera la relación personal entre docentes y alumnos y allanara la dificultad de esos programas ante la soledad del estudiante o para encarar o resolver los temas complejos del conocimiento, entre tantas otras cuestiones. Es así como los diferentes proyectos de la modalidad incorporaron las tutorías presenciales individuales o grupales y fortalecieron, de esta manera sus programas.

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías y sus posibilidades de utilización en la educación se incorporaron a los programas de educación a distancia tutorías virtuales, por correo electrónico, en foros o en chats. Desde hace ya varios años, las tutorías se implementan en la enseñanza superior tradicional y no sólo en la modalidad a distancia, tanto en un formato presencial como mediado por las nuevas tecnologías y, también, en los otros niveles del sistema educativo. Nos interesa aquí señalar su sentido y valor, las propuestas diferentes que se diseñan y algunas de las resoluciones que con ellas se obtuvieron.



Las tutorías en los niveles del sistema educativo

Es posible distinguir tutorías en el nivel inicial que atienden, especialmente, la necesaria articulación entre la escuela, la familia y el niño en los claves procesos de socialización temprana. Los tutores pueden ser, en estos casos, profesores de educación inicial, psicopedagogos o especialistas en educación que acompañan a las y los docentes de los niños y niñas y se integran a la vida de las instituciones ayudando a las familias u orientándolas en los momentos iniciales de ingreso y en la comprensión de los propósitos y las actividades que en el nivel se desarrollan.

Es clave la asunción de estrategias orientadas hacia la prevención y la detección temprana de déficit auditivos o visuales, el conocimiento de hábitos de los niños, la ayuda para la integración de estudiantes con necesidades educativas especiales y la especial preocupación para la aceptación de las diferencias individuales que cada niño presenta.

En el nivel inicial reconocemos de profundo valor sostener un canal abierto y fluido con las familias con el objeto de aunar criterios en los complejos procesos de la educación temprana en los que se adquieren los hábitos y conductas trascendentes para la formación del sujeto en las comunidades más amplias.

En la escuela primaria los tutores pueden ser elegidos por los niños entre un grupo de profesores que integra el personal de la escuela o pueden ser profesionales especializados para tal fin. En cualquiera de los dos casos el tutor puede ayudar a los grupos de aula para el análisis y la discusión de los problemas del grupo favoreciendo un encuentro que, con formato de asamblea, debata los problemas de la vida escolar del grupo. Es así como las tutorías guardan un espacio privilegiado para la resolución de los conflictos en el aula y la adopción consensuada de medidas para encarar y resolverlas.

En la escuela secundaria la labor preventiva u orientadora frente a los desafiantes problemas de los adolescentes y los jóvenes requiere tanto la participación de un tutor en un espacio asignado para tal fin como la reunión de los distintos profesores de los grupos en comunidad para analizar de manera colectiva las fortalezas y debilidades de cada grupo y la mejor manera de encarar las dificultades y potenciar los logros. Las tutorías grupales y las individuales podrán alternarse para dar cabida a la escucha, la contención y la orientación. Conocer la perspectiva de los jóvenes, sus maneras de entender, relacionarse, comprender sus dificultades, sus intereses, necesidades y poder mostrar la perspectiva del adulto en un ambiente de diálogo constituye un lugar esencial del encuentro tutorial en el nivel.

En la universidad las tutorías encuentran un ámbito interesante para recuperar la relación personal entre los docentes y los alumnos y favorecer los procesos compresivos y las mejores resoluciones por parte de cada estudiante. En este nivel son amplias las posibilidades que brinda la tutoría para ayudar a cada estudiante a mejorar sus propuestas, comprender los errores, subsanar las dificultades. Planear actividades, traer a la reunión incidentes críticos para el análisis y la discusión, monitorear las dificultades constituyen un modelo diferente al de muchas tutorías que se implementaron en el inicio de la educación a distancia en el que, simplemente, los alumnos acudían a ella una vez leído un texto para resolver las dificultades o las incomprensiones que surgían de esa lectura. En estos casos los tutores se erigían en “carteros”, esto es, personas que acercaban materiales, entregaban guías, sugerían dónde buscar y encontrar textos en oposición a otros que se conformaban como “moderadores” de los grupos para contribuir, animar o colaborar en el proceso de aprender.



Los modelos de tutoría

Algunos tutores diseñan el encuentro para favorecer la comprensión, ayudar a la teorización, o animar o provocar una actitud positiva de búsqueda, de indagación, de consulta o análisis. Otros tutores acuden a las tutorías sin planear el encuentro y dispuestos a solucionar problemas, temas que los estudiantes presentan como difíciles o de baja o nula comprensión. Planeadas o espontáneas, ambas modalidades constituyen dos maneras diferentes de conducir el espacio.

Para muchos tutores el encuentro con los estudiantes significa la oportunidad de aclarar lo que no se entiende, lo que vale la pena aprender, lo que no se aprende bien o lo que no se entiende por qué debe ser aprendido.

Algunas tutorías enmarcadas en un determinado proyecto educativo favorecen la asunción de un rol que en realidad configura un espacio de resistencia al mismo proyecto en el que se inscribe. En otros casos, lo recrea, lo potencia o lo salva. Otras veces pueden instalarse frente a una necesidad puntual o configurarse como un proyecto de carácter permanente.

En síntesis, las tutorías pueden centrase en las necesidades de los estudiantes, en las dificultades de los contenidos, formar parte de las fortalezas de un proyecto o intentar subsanar sus dificultades.



La evaluación de las prácticas tutoriales

La evaluación de las tutorías tiene por objeto su mejoramiento. Entendemos que una buena propuesta de evaluación de las tutorías debiera permitir el reconocimiento del tipo de tutoría que se implementa. Espontánea o planeada, centrada en el alumno, verificativa o flexible, delineada en el proyecto en el que se inscribe o autónoma, entre tantas otras variantes. Las tutorías deben evaluarse con la participación de todos los actores involucrados para que cada uno pueda analizar su utilidad, los efectos o cambios que se provocan o que se alcanzan. Las tutorías pueden tener metas a corto, mediano y largo plazo que requieren ser reconocidas con el objeto de distinguir su cumplimiento diferenciado. Debieran permitir que se diferencien también los efectos no buscados de su implementación de los no previstos.

Una vez reconocido el tipo de tutoría, sus alcances, metas y efectos, los grupos pueden proponer las correcciones o su redireccionamiento en los casos en que sea necesario. Las tutorías podrían conformar una línea innovadora en las aulas en el marco de un proyecto institucional que ayude en los difíciles y complejos procesos del enseñar y del aprender. Preguntarnos qué tutor queremos ser puede permitirnos una reflexión profunda en torno a las decisiones que adoptamos o los proyectos que diseñamos y favorecer el retorno a la tarea de manera enriquecida. Un buen tutor no es nada más ni nada menos que un buen maestro que sabe escuchar, promueve la reflexión y alienta la pasión por el conocimiento. Las buenas tutorías son las que favorecen el encuentro entre docentes y alumnos, provocan el diálogo y propician la creación de un espacio más comprensivo para la educación.



Edith Litwin

Edith Litwin es Doctora en Educación por la Universidad de Buenos Aires, Profesora Titular Plenaria de la cátedra Fundamentos de Tecnología Educativa de la Facultad de Filosofía y Letras –UBA- y Directora de la Maestría en Tecnología Educativa de esa facultad.

ENLACE: http://www.educared.org.ar/enfoco/ppce/temas/40_las_tutorias/imprimir.asp